Relatos
27 de octubre – 30 de diciembre de 2022
Broto (Zaragoza, 1949), protagonista, entre otros, del debate y de la práctica de la pintura desde hace casi cincuenta años y artista con una importante presencia nacional e internacional −en museos, centros de arte, galerías y colecciones−presenta en la galería de arte Fernández-Braso la exposición “Relatos”, una selección de las últimas obras realizadas por el artista que es, además, la cuarta exposición individual del artista en este espacio.
Estas nuevas obras constituyen un paso más en la evolución y trayectoria del autor, en su afirmación por la independencia y la libertad de su oficio y en su voluntad de practicar una pintura regida por sus propias leyes, por su especificidad, como medio para alcanzar y crear un universo pictórico autónomo que haga posible el encuentro, el diálogo y el intercambio entre la obra de arte y el espectador; entre el artista y la sociedad a la que pertenece.
La relación entre el lenguaje abstracto de la pintura de Broto y la capacidad de sus obras de generar y transmitir asociaciones, ideas y emociones ha sido tratado por las mayoría de críticos, ensayistas y poetas que han ido desentrañando su obra desde mediados de los años 70.
Juan Manuel Bonet, en 1981, en el catálogo de la primera exposición individual de Broto en la galería Maeght Barcelona, escribía:
“Sin entrar en cuáles son las peculiares relaciones que mantienen pintura y poesía, lo cierto es que, si de un cuadro decimos que nace de una iluminación poética, y más concretamente de un ansia lírica, nos entendemos.”
El artista y crítico Javier Rubio Navarro lo describía así en 1988 en el texto de la primera exposición de Broto en la galería Soledad Lorenzo:
“Esta pintura nos deja mudos, pero rendidos incondicionalmente”.
En 2022, el poeta y ensayista Andrés Sánchez Robayna, en el texto del catálogo de la actual exposición de Broto, escribe:
“¿No habíamos acordado que el pintor abstracto desea alejarse de los objetos y aspira siempre a crear, ante todo, ritmos?»
Es cierto —te contesto—, a condición de que admitas que esos ritmos pueden arrastrar consigo objetos igualmente, como si en sus navegaciones, en su deambular por las cadencias y los compases, esos ritmos imantasen determinados elementos, piezas, cuerpos que no pueden renunciar en modo alguno a su condición objetual. Y los reconocemos como tales”.