Gerardo Delgado

Geometrías enfrentadas

Gerardo Delgado (Olivares, Sevilla, 1942), pintor andaluz vinculado al grupo Nueva Generación, al Centro de Cálculo, a los Encuentros de Pamplona y artista clave en el desarrollo de las vanguardias de los años 70 y 80, muestra sus últimas series de pinturas en la galería de arte Fernández-Braso de Madrid, la primera después de su exposición retrospectiva de 2017 en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla.

GEOMETRIAS ENFRENTADAS. 2017-2018

La exposición se compone de una selección de pinturas realizadas con posterioridad a la retrospectiva de 2017 del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla. El recorrido de esa exposición finalizaba con la serie Nocturnos, Cristales rotos, basada en unos dibujos de 1995. Las pinturas se componían sobre un fondo informal de varios tonos de rojo sobre el que se trazaba una retícula conteniendo cada rectángulo formas angulares geométricas puntiagudas tratadas con un único color negro plano.

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Biografía

Gerardo Delgado, pintor andaluz vinculado al grupo Nueva Generación y artista clave en el desarrollo de las vanguardias de los años 70 y 80, muestra sus últimas series de pinturas en la galería de arte Fernández-Braso de Madrid.

 

Gerardo Delgado (Olivares, Sevilla, 1942), es un pintor y arquitecto que forma parte de la vanguardia artística española desde que participara en la emblemática exposición Nueva Generación, que tuvo lugar en la galería Edurne de Madrid en 1967. Fue una muestra colectiva organizada y comisariada por el crítico y pintor madrileño Juan Antonio Aguirre, quien seleccionó, entre otros, a artistas como Alexanco, Barbadillo, Gordillo, Elena Asins, Yturralde, Gerardo Delgado y el propio Aguirre. El grupo de artistas reunidos era heterogéneo, nutrido de distintas sensibilidades artísticas y con diferentes intereses plásticos, pero que compartía el deseo de superar el agotado movimiento informalista. A grandes rasgos, la subjetividad, la tendencia a la improvisación y el compromiso político dieron paso a la objetividad, a la planificación y al deseo de acentuar el aspecto lúdico de la obra de arte. En contraposición a la ausencia de formas definidas del informalismo se desarrollan lenguajes que apuestan por la figuración en sus diferentes vertientes, ya sean formas reconocibles o composiciones puramente abstractas.

Gerardo Delgado se identifica desde el principio de su dilatada carrera con estos nuevos valores, interesándose por una obra de apariencia constructivista y formal, definida por composiciones que desarrollan estructuras y módulos de vivos colores y cuya repetición de elementos dota de un gran ritmo visual a cada composición.  En estos primeros y decisivos años Gerardo Delgado estuvo interesado en hacer partícipe al público de la experiencia artística, en la relación obra-espectador. Fueron los años en los que formó parte de dos hechos históricos del arte de la época que sin duda le marcaron: el Seminario de Generación Automática de Formas Plásticas del Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid y los Encuentros de Pamplona de 1972. A medida que avanza la década de los setenta Gerardo Delgado va evolucionando hacia propuestas cada vez más complejas y conceptuales, realizando instalaciones de grandes telas colgadas del techo que generaban espacios envolventes . En este tiempo muestra sus obras en las galerías Juana de Aizpuru de Sevilla y en Lolas Velasco de Madrid, así como en la Fundación Miró de Barcelona y en el Palacio de Cristal de Madrid.

 

En los años ochenta el artista da un giro a su obra, centrándose en aspectos más inmediatos e introduciendo elementos figurativos que tienden a cierto expresionismo, hecho que se acentúa a mediados de la década al introducir en sus pinturas objetos encontrados. Las series características de estos años son «En la ciudad blanca», «El Profeta», «Las Ruinas» y «El Archipiélago». En estos años expone en las galerías Montenegro y  Egam de Madrid, Miguel Marcos de Zaragoza y Joan Prats de Barcelona. Participa en «Aperto 86» de la Bienal de Venecia y en la inauguración de las salas del Canal de Isabel II de Madrid.

 

La década de los noventa es un período muy fructífero en lo que se refiere a importantes exposiciones y series de pinturas. Muestra sus obras en el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla y en el Palacio Episcopal de Málaga, así como en el Palacio de los Condes de Granada. Destacan sus series «Autorretrato: el artista en la ventana» y, especialmente, «Rutas», obra plenamente abstracta y muy estructurada, que crea caminos e itinerarios difuminados por el empleo del negro, «que nos incitan a caminar y perdernos por los vericuetos del laberinto», según las palabras del propio Gerardo. En los noventa expone en la galería Gamarra y Garrigues de Madrid, en la galería Fúcares de Almagro y en el Banco Zaragozano. En esta última década en Milagros Delicado de Cádiz, así como en el Museo y en el Colegio de Arquitectos de esta última ciudad. También en la sala Robayera de Miengo. En el MACBA de Barcelona y en el Centro Guerrero de Granada. En Madrid expone en la galería Antonio Machón.

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