ALFREDO ALCAIN
La galería de arte Fernández-Braso inaugura una exposición dedicada a las últimas pinturas de Alfredo Alcain (Madrid, 1936), realizadas entre los años 2012 y 2015.
La figura de Alcain destaca en el panorama artístico español desde los años 70, década que asistió al renacer del lenguaje figurativo y de las distintas posibilidades que éste ofrecía para analizar, representar y criticar la sociedad y la opresión política de aquellos años. En esas circunstancias, Alcain configura un estilo artístico muy personal, a mitad de camino entre el realismo y el pop art, nutrido de una iconografía que atendía tanto a lo castizo como a lo popular, y todo a través de un lenguaje aparentemente sencillo, sutilmente irónico y decididamente moderno.
La evolución de Alcain, desde sus series tradicionales (Fachadas y escaparates, Bordados de pétit-point, Bodegones, etc.) hasta las últimas (Números, Letras, Entrecruzados), la ha explicado él mismo: «Hubo un momento a finales de los noventa en que los bodegones van adelgazando de tal forma y son tan esquemáticos, que los fruteros y frutas van desapareciendo y se quedan solo las líneas y el color. Poco a poco la figuración desaparece y a partir de entonces se va desarrollando una estética de líneas y manchas que llega hasta ahora mismo».
Pues ahí delimitado, en ese tipo de obra que Alcain tituló como Líneas y manchas, hay que situar la última obra que Alcain ha venido realizando desde 2012. Pinturas que comparten elementos comunes a todo su trabajo, como su predilección por la línea y el dibujo, la expresividad del color y la pulcritud y claridad en su ejecución. Sin embargo, ahora no hay prácticamente ningún motivo figurativo, sino una tendencia a ocupar todo el espacio pictórico a través de una sucesión de formas geométricas que se desarrollan aparentemente de forma caprichosa y azarosa. Esta tendencia hacia lo formal y abstracto, más que situar su obra en la corriente de la clásica abstracción geométrica, la convierte en un sistema sencillo y desenfadado que le permite expresarse y llegar a pintar la pintura, sin rastro visible de lo que no sea el simple hecho de pintar.
Alcain estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando entre 1953 y 1958; realizó estudios de Grabado y Litografía en la Escuela Nacional de Artes Gráficas entre 1957 y 1963, y de Decoración Cinematográfica en la Escuela Nacional de Cinematografía entre 1961 y 1964. Todos ellos en Madrid, ciudad donde expuso por primera vez en 1962. Desde ese año, ha expuesto de forma ininterrumpida en la mayoría de galerías y centros de arte de España. En 2003, recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas, y en 2010 el Premio Tomás Francisco Prieto –Casa de la Moneda, Madrid—. La primera vez que colaboró con la familia Fernández-Braso fue en 1971, en la exposición inaugural de la galería-librería Rayuela, en la calle Tutor de Madrid. Fue una exposición colectiva titulada «Una proposición realista», en la que participaban otros artistas como Alberto Corazón, Gordillo y Orcajo.
La inauguración, que contará con la presencia del artista, tendrá lugar el jueves, 5 de noviembre de 2015, y se clausurará el 31 de diciembre de 2015.